«Recuperar el ladrillo: la enésima rectificación de Zapatero»

16 de setembre de 2009

publicat per Redaccio

Reproduïm aqust article de Pere Macias, publicat a El Economista, del 16/9/2009, per la seva relació amb la proposta d’habitatges de lloguer a preus assequibles de Toni Bosch, que vam difondre des del web del CEES.

Recuperar el ladrillo: la enésima rectificación de zapatero

El anuncio de un substancial aumento de impuestos se erigió en el gran protagonista del primer debate económico del periodo de sesiones del Congreso de los Diputados. En estos momentos ya nadie duda de la profunda afectación que van a sufrir las clases medias y los emprendedores, que, a la postre, son quienes soportan el peso de la creciente fiscalidad estatal.

Sin embargo, otra cuestión de la intervención del presidente del Gobierno, a mi entender muy relevante, ha pasado por alto a la mayoría de observadores. Se trata de una profunda rectificación en relación al discurso oficial. Formulada a su estilo, sin que casi se notara, y sin reconocer los errores propios en que se ha incurrido de forma recurrente desde el inicio de la crisis. Rodríguez Zapatero planteó la necesidad de contar con el sector inmobiliario si de verdad se quería superar la recesión. Lejos de aquellas simplonas y demagógicas críticas al ladrillo promovidas desde La Moncloa y orquestadas desde Ferraz, ahora resulta que, más allá de tanta verborrea sostenibilista, se dan cuenta que quien más puede contribuir, a corto plazo, al fin de la sangría de pérdida de empleo, es el sector de la construcción.

Está, ahora, en lo cierto nuestro presidente. Quizás si hubiera atendido las buenas razones que, desde hace un año, diversos expertos le recomendaban, no habríamos dilapidado tanto tiempo, tantos recursos y tantos puestos de trabajo.

Nadie puede defender la continuidad de unos ritmos de producción tan elevados como los que conllevaron la formación -y la explosión- de la burbuja inmobiliaria; pero entre el todo y la nada hay un gran recorrido, en el cual debemos pretender situarnos en su franja central. Ni podemos construir a un ritmo de 600.000 viviendas anuales, ni podemos paralizar toda nueva promoción. Ni se puede tolerar una especulación generalizada con pelotazos multimillonarios, ni podemos criminalizar todo un sector donde miles de empresas y algún millón de trabajadores, representan un valiosísimo aporte a la economía del país.

Iniciativas del partido

Se trataba -y se trata- de solucionar cuanto antes el problema del stock de viviendas sin vender, que pesa como una losa sobre las propias empresas del sector, y amenaza seriamente la solvencia de buena parte del sistema financiero, que es quien, a la postre, acaba recibiendo los impactos de la atonía de las ventas. Por eso, el grupo de CiU en el Congreso, presentó, en octubre del año pasado, una batería de iniciativas tendentes a facilitar la salida de estas viviendas en venta.

Sabiendo de la heterogeneidad de las mismas y de la sobreproducción evidente en muchos ámbitos, pretendíamos contribuir a liquidar el stock para sanear las empresas y disminuir la presión sobre bancos y cajas. En definitiva, para salvaguardar, en la medida de lo posible y de lo deseable, la capacidad productiva de un sector económico tan crucial.

El éxito de estas iniciativas ante un Gobierno dedicado en cuerpo y alma a la persecución del ladrillo, era previsible. Sin embargo, oído el último discurso del presidente, quizás pueda decirse que hemos contribuido al cambio de percepción, ahora solemnizado ante las Cortes.

Un segundo paquete de nuestras iniciativas ha ido dirigido a potenciar el mercado de viviendas en alquiler. Aquí, el casi unánime apoyo de la Cámara a una proposición de Ley de CiU ha permitido mejorar la Ley de Arrendamientos Urbanos, cuya reforma en positivo va a culminar en el Senado las próximas semanas.

Nuevas fórmulas concesionales

Presentamos ahora, con este mismo objetivo, una ambiciosa propuesta que pretende introducir nuevas fórmulas concesionales para construir parques de viviendas en régimen de alquiler. La novedad del modelo radica en desligar su financiación del mercado hipotecario, lo cual podría ser posible gracias a la sinergia entre el sector público y el privado.

Creemos que, de contar con el beneplácito del Gobierno socialista, se estaría en condiciones de construir unas 100.000 viviendas de alquiler al año. Con unas rentas alrededor de los 400 euros mensuales y sin necesidad de apelar a los maltrechos presupuestos del Estado. Con una capacidad de creación de puestos de trabajo comparable a la del Plan E, y de satisfacción de la demanda existente de nueva vivienda que permitiría mejores resultados que los cheques emancipación de Zapatero.

Claro, que, a lo mejor, debamos esperar -perder- un año más antes de que el Gobierno reaccione y acabe tomando la decisión acertada. ¡Es lo que hay!


Pere Macías i Arau, presidente de la Comisión de Vivienda del Congreso y diputado de CIU


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