«La desigualtat en la distribució de la renda i l’ESM», article d’Eugenio M. Recio

11 de juliol de 2013

publicat per Redaccio

Us oferim tot seguit l’article «La desigualtat en la distribució de la renda i l’ESM», d’Eugenio M. Recio, professor honorari d’ESADE i vicepresident del CEES.

En aquest article, el doctor Recio analitza les diferències salarials que s’han produït a Alemanya en els darrers anys i es pregunta si l’Economia Socials de Mercat disposa d’eines per atenuar-les.

La desigualdad en la distribución de la renta y la ESM

Eugenio M. Recio

Profesor honorario de ESADE

Colaborador del CEES.

Introducción

En Alemania, desde que comenzó la crisis, las instituciones más afines a la ESM, como la Fundación Adenauer (KAS) y la asociación Iniciativa para una nueva Economía Social de Mercado (INSM), se vienen preocupando, y con razón, por las desigualdades en la distribución de la renta, que se están produciendo en su país y en algunos otros en los que la ESM tiene más vigencia, entre los cuales por supuesto no se encuentra el nuestro.

La INSM publicó en enero del 2013 un estudio que encargó al Instituto de la Economía Alemana (IWK) titulado “Monitor 2013 de la justicia internacional. Una comparación de 28 países de la OCDE para el período 2000 a 2012, sobre seis dimensiones  de la justicia”[1] y un resumen de dicho trabajo con el título “¿Qué es justicia? la ESM como fundamento de la justicia en una sociedad moderna”[2] La misma institución presentó a la prensa,  en mayo también de este año, el proyecto de un estudio encargado al Instituto de Investigación Económica de Westfalia- Renania (RWI) sobre el tema “Más justicia, ¿qué está en juego?  Un Análisis y Comentario de los contenidos de los Programas de los partidos sobre la Política del Mercado de Trabajo y la formación, desde el punto de vista  de la justicia en las oportunidades”[3]

La KAS, como veremos más adelante, ha tratado extensamente sobre el tema en el estudio publicado en marzo del 2013 titulado “Economía Social de Mercado ¿qué significa concretamente?”[4] También se hacen referencias al tema en “El bien común o el adecuado ordenamiento de la sociedad”[5] y en “Alemania como localización económica. Resultados de una Encuesta cualitativa a expertos”[6]

1.-Creación y mantenimiento de empleo, reduciendo el salario.

En los ciclos coyunturales del último mandato de H.Kohl (1982-1993) y de su sucesor G. Schröder (1993-2003) se fue agravando de un modo alarmante la situación del empleo en Alemania, con promedios del porcentaje del paro sobre la población activa del 8,1% y el 10,8% respectivamente, cuando desde 1948 este valor se había mantenido en el 2,12%. En julio de 1996 el canciller socialdemócrata Schröder propuso en el Parlamento un proyecto de “Ley para el fomento del Crecimiento económico y del Empleo” para intentar la recuperación del ciclo que, en promedio, había registrado un crecimiento del PIB del 1,5%. Y para luchar contra el paro se propuso la creación de un sector de salarios bajos, como se había hecho con buenos resultados en los Países Bajos e incluso se pensaba introducir en Francia. Podemos considerar que éste fué el comienzo de los procesos de la desigualdad en la distribución de la renta que, de diversas formas, se ha ido prolongando hasta la actualidad.

En la Declaración institucional del 14 de marzo del 2003 el Canciller Schröder dio a conocer la llamada “Agenda 2010” en la que recogió las Conclusiones de los equipos de trabajo que, convocados por él, habían estudiado las reformas necesarias para el mercado de trabajo (MT) y la SS. Entre las numerosas e importantes reformas, con las que se pretendía afrontar la desfavorable situación laboral, se siguió en la línea de los bajos salarios con una nueva regulación de los minijobs ya existentes y se endurecieron las condiciones para continuar recibiendo las prestaciones por desempleo si se rechazaba cualquier oferta laboral [7]

Con estas reformas no se consiguió inmediatamente mejorar el empleo pero, en cambio, se dió un aumento del número de trabajadores con salarios bajos superando en el 2004 los 4,78 millones[8]. En la primavera del 2005 al fin cambió la situación del empleo, al recuperarse la coyuntura económica, pero siguieron aumentando las formas atípicas de las relaciones laborales (bajas remuneraciones, trabajo a tiempo parcial y trabajo temporal). En el 2008, en plena crisis internacional, la tasa de paro bajó en Alemania al 7,8% y en el 2012 siguió bajando hasta el 6,8%, el nivel más bajo desde la reunificación de las dos Alemanias.

Estas mejoras en el empleo han ido acompañadas, sin embargo, de medidas desfavorables para las relaciones laborales. Se sigue promoviendo una política salarial que facilite la ocupación y,  para ello, se proponen modificaciones  en el derecho de la negociación colectiva, de manera que sus acuerdos contribuyan a la creación de nuevos puestos de trabajo, y se rechaza la imposición de salarios mínimos legales. La generalización de las formas atípicas laborales se refleja en que la media salarial de los miniempleados rondaba en el 2011 los 230 euros, pero no estaban obligados a pagar las cotizaciones a la SS y recibian  un complemento del Estado, de acuerdo con el principio del “Kombilohn”(salario combinado). El fuerte crecimiento económico que se mantuvo hasta mediados del 2011 permitió, junto a la creación de puestos de trabajo muy competitivos, una mejora de las retribuciones de los trabajadores pero con una distribución desigual en la que resultaba favorecida la mano de obra cualificada, al mismo tiempo que aumentaban el trabajo a tiempo parcial, el trabajo temporal y el llamado Leiharbeit (personal prestado por las Agencias de colocación), con el que se ponía en práctica una especie de dumping salarial.

2.- Planteamientos a alto nivel sobre la desigualdad en la distribución de la renta

El empeoramiento en la calidad de las relaciones laborales, con el que se consiguieron los buenos resultados en el empleo, fue objeto de una preocupación especial en el último Informe que todos los años presenta la Comisión de Expertos al Gobierno federal[9] En el párrafo dedicado a la distribución de la renta se advierte que, a pesar de los éxitos en el MT, está aumentando la discusión pública por el empeoramiento que, por la evolución de la ocupación atípica, están experimentando las rentas de los trabajadores por cuenta ajena.

Para analizar si el éxito conseguido en el nivel de empleo ha sido a costa de una injusta distribución de la renta, se recogen en el Informe los resultados de numerosas investigaciones que se han hecho, en estos últimos años, para conocer la situación real y proponer soluciones adecuadas. Se parte para ello de tres conceptos que sirven para medir quiénes se han beneficiado de los aumentos de la renta. Comenzando con la cuota salarial (o renta funcional) se comprueba que, en los últimos 30 años, la participación de los salarios en la producción o renta total ha descendido en favor de las rentas de capital, retrocediendo al nivel de 1960. Si se pasa a la distribución personal de la renta (renta personal en contraposición a la renta funcional), el resultado es que la desigualdad ha aumentado notablemente en el período 1991-2008, pero, a partir de este último año, la tendencia se ha frenado. Esta afirmación puede resultar discutible pues según el estudio “La riqueza en el mundo 2013” que acaba de publicar el Global Financial Service y RBC Wealth Management el número de ricos aumentó en Alemania un 6,7% en el 2012 en relación con el año anterior. Y, por último, al analizar la situación de la estructura salarial, aparece que la desigualdad de las rentas salariales se debe a la cualificación, es decir, a la evolución de los sectores de salarios altos en detrimento de los de salarios bajos, aunque también aparecen desigualdades dentro de cada uno de los sectores.

3.- ¿Ha fracasado la ESM en la distribución de la renta?

Ante este panorama es lógico que nos preguntemos cuál debería ser el papel de la ESM en la distribución de la renta y si nos encontramos frente a un evidente fracaso. La importancia del tema se realza si se tiene en cuenta que, a pesar de la favorable evolución de la economía, va en aumento la desafección de los alemanes hacia su modelo de ESM como aparece en una Encuesta realizada en el 2011 por la Fundación Bertelsmann[10] en la que a la pregunta sobre las causas de ese descontento el 77% respondió que la ESM “hace a los ricos más ricos y a los pobres más pobres”.

Para elaborar una respuesta adecuada nos va a ayudar el documento al que hemos hecho referencia en la nota 4 pues entre los 10 principios y objetivos de la ESM se enumera en los números 7 y 8 respectivamente: “Una justa distribución de la renta” y “Una justa distribución del patrimonio”[11]

Los autores S.F. Franke y D.Gregosz explican que la “ESM pretende conseguir  una justa distribución de la renta porque una distribución de la renta  considerada ‘justa’ por la mayoría es un elemento fundamental de la valoración de la justicia en la política social y porque su realización material es lo que presupone el ejercicio de la libertad como un valor. Una distribución ‘justa’ de la renta contribuye a la seguridad y al bienestar, evita tensiones sociales y favorece la importante aceptación de la economía de mercado”

En relación con la retribución salarial los indicadores para apreciar su justicia son, según los autores del estudio:

-la justicia en el rendimiento

-la justicia en la satisfacción de las necesidades

Para precisar quién o qué determina el rendimiento la ESM presupone un mercado regulado con unas reglas de defensa de la competencia que impiden las desventajas ocasionadas por la existencia de agentes dominantes del mercado. Pero hay que tener también en cuenta, por tratarse de la ESM, que además de la justicia en el rendimiento ha que considerar la justicia en la satisfacción de las necesidades. Esto obliga a precisar que, si el rendimiento sólo se midiera por los resultados del mercado, ni se tendrían en cuenta las aportaciones previas del Estado ni sabríamos cómo medir las necesidades en el supuesto de que no se acepte una igualdad “a lo marxista”. Si sólo se atendiera a los resultados del “libre mercado”, se terminaría en una fragmentación de la sociedad, y si se propusiera la igualdad absoluta se hundiría la economía. La participación de los ciudadanos en el bienestar ha de ser el resultado de una combinación de la justicia en el rendimiento y en la atención a las necesidades, de acuerdo con los principios básicos del modelo de ESM.

Planteamientos análogos se hacen en el estudio del IWK citado en la nota 1 al considerar como una de las 6 dimensiones de la justicia “la justicia en la renta”[12] y al comparar la justicia en la renta entre los 28 países de la OCDE en cuya comparación le corresponde a Alemania el puesto 14.

La conclusión de los dos estudios es que se ha de encontrar un compromiso entre la justicia del rendimiento y de las necesidades. Esto es precisamente lo que propone la política de distribución de la ESM al afirmar que la distribución de la renta debe regirse en primer lugar por la justicia en el rendimiento según el mercado (distribución primaria) y con la ayuda de un sistema diferenciado de impuestos y transferencias se tomará en consideración la cobertura de las necesidades, corrigiendo la distribución primaria mediante la distribución secundaria. Pero, como se advierte en el párrafo referido en la nota 10, la ESM se distingue de los que corrigen las desigualdades, que crea el mercado en la distribución de la renta, acudiendo a la intervención del Estado (sistema económico de los países escandinavos) en cuanto en el modelo de la ESM sólo se puede garantizar el bienestar y la justicia para todos los ciudadanos a través de un camino intermedio entre Mercado y Estado. En este planteamiento el Estado sólo puede distribuir el bienestar a través de los bienes que vaya produciendo el Mercado, por eso en su política redistributiva las transferencias tienen un papel secundario y lo principal es crear oportunidades para que todos puedan participar de los bienes disponibles pues el recurrir simplemente a una redistribución no fomentaría el deseable esfuerzo de todos.

Coincidiendo con los referidos comentarios del Sachverständigenrat, Franke y Gregosz afirman que, aunque en una comparación a lo largo del tiempo, de 1991 a 2011, la relación de la cuota salarial en relación con la de los beneficios ha pasado de 71/29 a 65/35, esto no supone un empeoramiento de los trabajadores en beneficio de los empresarios porque en la cuota del beneficio se incluyen pequeños empresarios, con bajos beneficios, que son superados por las rentas de algunos trabajadores y porque, además, hay trabajadores que han invertido en acciones y viviendas por lo que su renta tiene diferentes fuentes. A pesar de esta salvedad, los expertos del Consejo Asesor afirman que sería un error designar sin más como perdedores a los que trabajan en los sectores de bajos salarios pues ésto permite el acceso al trabajo de los parados con baja cualificación. Añaden, sin embargo, al mismo tiempo, que lo grave sería que se consolidara esa situación, sin perspectivas de mejora,  por lo que se considera que ayudar a los afectados a progresar en  su cualificación es una exigencia de la máxima prioridad en la política del mercado de trabajo.

Y en el tiempo que transcurrirá mientras esto se lleva a término,  se atenuará la situación de los que no pueden aspirar a mejores remuneraciones con la acción del Estado, como última ratio. En el Informe del Consejo Asesor (2009-2010)[13] aparece que según el “Coeficiente Gini” la renta antes de impuestos situaba a Alemania entre 18 países de la OCDE en el puesto 16, con un 0,51 sobre el promedio, y después de impuestos y transferencias subía al puesto 11 con un 0,31 en promedio.

Concluimos, pues, que no se puede afirmar que la ESM ha estado ausente o ha carecido de eficaces instrumentos para hacer frente a la compleja problemática que ofrece a la política social la creación o el mantenimiento del empleo ante el desafío de la nuevas tecnologías y, sobre todo,  de una competencia global que ofrece puestos de trabajo con retribuciones muy bajas. Para no alargarnos más, dejaremos para otra ocasión un análisis complementario de la situación real de los afectados por la política de los bajos salarios, atendiendo a la cobertura de las necesidades, a la justicia en la distribución del patrimonio,  y a la problemática de la pobreza de masas.


[1] IWK: “Internationaler Gerechtigkeitmonitor 2013. Ein Vergleich von 28 Länder für die Jahre 2000 bis 2012 über sechs Gerechtigkeitdimensionen”, Köln enero 2013

[2] INSM: “Was ist Gerechtigkeit? Soziale Marktwirschaft als Grundlage für Gerechtigkeit in einer modernen Gesellschaft”,enero 2013

[3] Pressekonferenz: “Projektberichte des RWI:”Mehr Gerechtigkeit: Was steht zur Wahl? Eine Analyse und Kommentierung von Programmaussagen der Parteien zur Arbeitsmarkt-und Bildungspolitik unter der Gesichtspunkt der Chancengerechtigkeit”

[4] S.F.Franke y D.Gregosz “Soziale Marktwirtschaft, was heisst das konkret?”

[5] B.Vogel (editor): “Gemeinwohl oder: Die gute Ordnung für die Gesellschaft”, una publicación de la KAS

[6] KAS, Analysen und Argumente: “Standort Deutschland: Ergebnisse einer qualitativen Expertenbefragung” mayo 2013

[7] Instituto de la Economía Mundial de Hamburgo (HWWI): “10 Jahren Hartz-Reformen”, Paper 73, 2013

[8] La compleja interrelación entre la situación del mercado de trabajo y los ciclos de la coyuntura alemana desde el año 2005 la hemos explicado en un trabajo todavía no publicado y que tiene por título “La reciente evolución económica y social de Alemania”

[9] Sachverständigenrat, Jahresgutachten 2012-2013 en el cap.6 titulado “Mercado de Trabajo: asegurar los éxitos y completarlos”, dedica un párrafo especial (págs.319-341) al tema que nos ocupa con el título “Sobre la desigualdad de la renta en Alemania: ¿a favor de quién se redistribuyen los aumentos de la renta?”

[10] l.c. en nota 1, pág.12 “2.3 Eine gerechte Ordnung?”

[11] l.c.en nota 4: “Eine gerechte Einkommensverteilung” pág.59-66 y “Eine gerechte Vermögensverteilung” pág. 67-71

[12] l.c. “3.3.4 Einkommengerechtigkeit” pág.19-20 y “4.5 Einkommensgerechtigkeit: Grosse Gleichheit in Schweden” págs.40-42

[13] Sachverständigenrat, Jahresgutachten 2009-2010 pág.320


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