La economía social de mercado ante las consecuencias de la digitalización en el futuro del trabajo

11 d'octubre de 2017

publicat per Secretaria

LA ECONOMÍA SOCIAL DE MERCADO ANTE LAS CONSECUENCIAS DE LA DIGITALIZACIÓN EN EL FUTURO DEL TRABAJO

Eugenio M. Recio

Profesor honorario de ESADE

Colaborador del CEES

El tema de la Digitalización y el futuro del  trabajo tiene una gran actualidad, aunque no siempre se trata con el debido rigor.

Como ya expusimos en otra colaboración en esta misma web, el concepto de “Digitalización” resulta bastante confuso por la utilización que se hace de él en los medios de comunicación[i][1]por eso lo emplearemos aquí en el sentido más amplio, tal y como se concreta en el texto referido.

Y que la Digitalización, así entendida, puede tener importantes consecuencias en el trabajo humano del futuro es innegable puesto que ya se aprecian en la actualidad. El problema está en precisar hasta dónde se llegará  por el aumento creciente de dicho fenómeno y qué posibilidades hay de encauzar su desarrollo, por las consecuencias sociales y económicas que los posibles cambios en el mundo del trabajo pueden tener.

En nuestro comentario pretendemos analizar qué medios tiene la ESM, es decir el modelo socioeconómico europeo, para determinar el futuro del trabajo en una economía digitalizada. Expondremos, pues, brevemente la tendencia de los posibles cambios  que se pueden dar en la estructura laboral, y en las consiguientes relaciones de su actividad, para proponer después los instrumentos propios de nuestro sistema social y económico para encauzarlos hacia el bien de la colectividad humana.

1.- Advertencias metodológicas

Para hablar de las tendencias en los cambios de la estructura laboral,  es muy necesario proceder con rigor metodológico, con advierten estudios recientes. En una investigación del Instituto de la economía alemana de Colonia sobre “El mundo del trabajo del futuro. Cómo cambia la digitalización el mercado de trabajo”[2] se afirma que “los pronósticos a largo plazo del mundo del trabajo se basan en una gran inseguridad en cuanto parten  de las actuales condiciones  y de la situación actual del mercado de trabajo. El recurso a los datos y hechos existentes no permiten estimar si pueden conocerse los cambios previsibles a partir de la actualidad” (l.c. pág.5) y en el resumen final (l.c. pág.77) se llega a afirmar que “la en parte histérica discusión pública sobre las negativas consecuencias  potenciales de la Digitalización sobre el empleo y los trabajadores está en un significativo contraste con la realidad empírica actual”.

De una forma parecida se expresan los autores que resumen el Encuentro celebrado en la Fundación Rafael del Pino el 29 de noviembre del 2016 sobre “El futuro del trabajo”[3]. En la pág. 10 en el párrafo titulado “Previsiones de futuro y expertos” se dice literalmente “Pisamos un terreno mucho menos firme cuando se trata de otras supuestas tendencias (sobre el futuro del trabajo en general y no sólo el de los trabajadores varones) pues se predican del futuro y sólo tenemos previsiones, predicciones o extrapolaciones de las tendencias de pocos países” y para ilustrar  esta dificultad se recuerda que en EE.UU. según algunos expertos el 47% de los empleos estarían en riesgo de desaparecer en una o dos décadas por la automación, mientras que, en un estudio de la OCDE en 21 países, la media de empleos automatizables sería más bien un 9% (nota 3, págs. 10 y 11), por lo que consideran también como “ciencia ficción” el fin del trabajo humano y su sustitución total por las máquinas (pág.11).

2.- Posibles cambios en el futuro del trabajo provocados por la Digitalización.

Con las reservas que sugieren las advertencias indicadas podemos enumerar algunos de los cambios que la Digitalización provocará a corto y medio plazo y que tendrán que ser afrontados con los instrumentos de que puede disponer el modelo de la ESM.

La Digitalización afectará al mundo del trabajo en dos aspectos fundamentales: la evolución del empleo y los cambios de la actividad empresarial que se resumen, de alguna manera, en la llamada industria 4.0.

El problema principal de la evolución del empleo es la reducción de puestos de trabajo al sustituir con diversos tipos de máquinas (tecnologías de la inteligencia artificial, AI, y del internet de las cosas, IoT) el trabajo humano. Naturalmente esto no afectará de la misma manera a todos los sectores laborales y posiblemente el más perjudicado será el de las profesiones que se caracterizan por una cualificación media, pues será difícil que se consigan máquinas que suplan actividades que requieren niveles muy altos de cualificación y también seguirán necesitándose trabajadores para actividades de niveles muy inferiores.

En la Industria 4.0, que corresponde a la llamada “Cuarta revolución industrial”, se interconectan en la producción robots y máquinas  a través del IoT, lo cual supone que aparatos, interruptores y sensores se unen a una web y, en parte, la utilizan automáticamente. De esta manera se mezclan el mundo real y virtual, facilitando informaciones sobre situaciones como frio/calor, rápido/lento,. etc. y pueden desarrollarse así procesos de producción de forma completamente automática. Al relacionarse las máquinas con la demanda de productos ya no se necesitarán productos standarizados según un plan da producción previamente diseñado. Fácil es de ver las consecuencias que esto puede tener sobre las relaciones laborales pues no se necesitarán puestos fijos de trabajo, lo cual implicará una flexibilidad laboral interna para  cambiar de ocupación y también una flexibilidad  externa, para continuar o no en la misma empresa, con las consiguientes derivaciones en el nivel retributivo y en la adquisición de nuevos conocimientos. En definitiva, estas tecnologías provocarán  la disrupción de la organización actual del mundo del trabajo con sus vitales efectos en la vida personal, familiar y social.

3.-Instrumentos de la ESM para encauzar los cambios de la Digitalización en el trabajo futuro

Ante un panorama así es fácil comprender que un modelo como el de la ESM, que se ha diseñado con el objetivo de humanizar la actividad económica, no puede permanecer inactivo y, por tanto, es lógico que nos preguntemos de qué instrumentos dispone para orientar el fenómeno de la Digitalización de un modo favorable para la sociedad  y para los trabajadores, que serán los ciudadanos más directamente afectados por los cambios que puede provocar.

Un principio fundamental de la ESM es “no dejar hacer sin más  a los mercados”  sino encauzar sus procesos para que sus resultados sean beneficiosos para todos los ciudadanos especialmente para los más vulnerables. Como esa posible intervención en el mercado puede generar confusión, dada la importancia que tiene,en el modelo de referencia, el respeto a la libertad de productores y consumidores en un mercado competitivo, conviene recordar que en la ESM se distinguen institucionalmente dos tipos de mercados: el mercado de bienes y servicios, que es el que acabamos de definir, y el mercado de los factores productivos: trabajo y capital, que por su naturaleza no puede tener la libertad del mercado productivo ni regirse exclusivamente por las reglas de la competencia, por lo que ha de ser regulado por un Estado consciente de la necesidad de  integrarlo en el funcionamiento del mercado libre y competitivo de la producción de bienes y servicios.

El futuro del trabajo por tanto, y del Mercado de Trabajo, en una economía digitalizada será el resultado de las políticas públicas que aseguren niveles suficientes de equidad social. Para ello, y teniendo en cuenta las reflexiones apuntadas sobre la dificultad de predecir los cambios del futuro, el Estado debe tener en cuenta la experiencia de los cambios provocados en las relaciones laborales por las aportaciones de las diversas tecnologías para situarse en un futuro próximo y tomar las medidas oportunas para crear los marcos culturales, sociales y políticos que evitarían las nefastas consecuencias de un desarrollo tecnológico sin esa visión de conjunto que caracteriza a la ESM.

A las políticas configuradoras del entorno general, el Estado ha de añadir otras medidas más directamente relacionadas con el Mercado de Trabajo como son las que estimulan  la formación y educación de los trabajadores para facilitar su adaptación a los cambios productivos, prestando especial atención a los trabajadores más vulnerables por sus trabajos rutinarios y tareas automatizables que, como hemos dicho, serán los más fácilmente desplazables por las máquinas, practicando en general políticas activas para ayudar a los que estén en las situaciones más precarias.

Se han de regular también nuevas instituciones jurídicas, por los posibles cambios en nuevas formas de trabajo como la de los autónomos dependientes, o para asalariados indefinidos que, sin embargo,  tendrían  que cambiar con frecuencia de empresa, garantizando las formas de indemnización por despido o reduciendo la segmentación de los contratos indefinidos y temporales.

Algunas de estas propuestas proceden del documento mencionado en la nota 3 que, sin hacer ninguna mención al modelo de la ESM, en el capítulo dedicado a “la hora de las políticas sustantivas, y de su discusión pública”, expresamente afirma que se ha de formar a los ciudadanos para que sean “capaces de entender y apoyar, o discutir, o proponer alternativas a las políticas públicas que establecen el marco regulador del mercado de trabajo… y que da respuesta a los efectos sociales de los cambios económicos en curso” (nota 3, pág.19), planteamientos que, como hemos visto, corresponden al modelo mencionado, que tiene la singularidad  de ofrecer las ventajas de una completa visión de conjunto.



1 “La Digitalización y la ESM” 7-2-2017, pág.2

[2]Oliver Stettes “Arbeitswelt der Zukunft. Wie die Digitalisierung den Arbeitsmarkt verändert” Forschungsberichtet aus dem Institut der deutschen Wirtschaft, Nr.108

[3] Fundación Rafael del Pino “El futuro del trabajo. Encuentros en el Espacio Público. Documento  realizado en colaboración con CEOE para su discusión en el “Global Employers Workshop. Madrid 2017



 


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