«La economía social de mercado como un sistema de valores», d’Eugenio M. Recio

3 d'octubre de 2012

publicat per Redaccio

Publiquem aquest  article d’Eugenio M. Recio, professor honorari d’ESADE – Universitat -Ramon Llull, i col·laborador habitual del CEES, on analitza el sistema de valors de l’economia social de mercat.

LA ECONOMÍA SOCIAL DE MERCADO COMO UN SISTEMA DE VALORES

1.-Estructura lógica de los procesos sociales

En las Ciencias Sociales (CC.SS) se suelen distinguir tres niveles. El primero propiamente no es objeto de estas Ciencias porque comprende los valores que caracterizan a la persona humana y por eso tienen su origen en la filosofía o, como proponen algunos autores son axiomas que, como tales, asumen las CC.SS. que se limitan, por su parte, a procurar que esos axiomas se formulen de un modo operativo para su ulterior aplicación.

El segundo nivel trata de ofrecer una visión de conjunto, lo que los alemanes llaman  “Ordnung”, que en nuestro caso se referiría a la economía en su concepción más amplia para integrar las relaciones interhumanas de los procesos que intervienen en su dinámica y, por eso, se podría decir que se podría hablar de un sistema de economía social.

Este segundo nivel debe configurarse a partir de los valores que, en el primer nivel, se proponen como característicos de la persona humana, para asegurar de esta forma que el sistema socioeconómico, que, en nuestro caso, pretendemos configurar, será un sistema al servicio del ser humano.

En el tercer nivel, que es el más práctico, distinguimos las Ciencias que permiten resolver los problemas que tienen que afrontar los seres humanos, como podrían ser los que estudiamos en la Política Económica, en la Política Social, en la Política Fiscal y Monetaria, en la Ecología, etc. Las Ciencias propias de este tercer nivel están condicionadas en sus planteamientos y conclusiones por el segundo nivel, que establece el marco que han de respetar, y que, por estar definido de acuerdo con los valores del primer nivel, garantiza que se respetará siempre la dignidad del ser humano.

2.- Valores que caracterizan al ser humano

Para hablar de la Economía Social de Mercado (ESM) como un sistema de valores, vamos a intentar enunciar brevemente los valores que, según el pensamiento predominante en lo que podríamos llamar “la cultura occidental”, caracterizan a la persona humana ya sea según la concepción del derecho natural, de la doctrina social cristiana o, como hemos indicado, en virtud de ciertos axiomas indiscutibles para una determinada tradición cultural.

A partir del valor fundamental prioritario e indiscutible de la dignidad del ser humano, consideramos como valores en los que se expresa esa dignidad la libertad y la responsabilidad, como las dos caras de una misma moneda, el sentido de justicia individual y social, la solidaridad, la laboriosidad y su creatividad, por recordar sólo los más relevantes y que están fuera de toda duda.

Para ver cómo la ESM pretende hacer operativos los valores enunciados y por eso, como hemos recordado en alguna ocasión, el antiguo Presidente de la República alemana H. Köhler afirmaba que este modelo puede considerarse como un sistema de valores, recordaremos brevemente cuáles son sus elementos definitorios.

3.- Los valores que fundamentan el modelo de ESM

Como su mismo nombre indica se trata de una economía de mercado porque se considera que en una economía de mercado libre y de competencia el ser humano tiene la oportunidad de decidir libremente a qué quiere dedicar su actividad y cómo quiere acceder a los medios necesarios para hacer frente a las contingencias de la vida. Pero para que esto pueda conseguirse, en un mecanismo de fuerte competencia, se necesita que en el ejercicio de esa actividad nunca se abdique de la responsabilidad con que se ha de proceder y se esté dispuesto a asumir los éxitos o los fracasos de su iniciativa emprendedora y de su laboriosidad.

Naturalmente este planteamiento puede resultar utópico y poco realista pues habrá muchos participantes en el mercado que ni están dispuestos a responsabilizarse de sus acciones, ni tienen en cuenta el respeto a la dignidad de los demás participantes en el mercado ya sea  como agentes o consumidores. Por eso en la ESM se considera que, además del mercado, debe existir un Estado que, consciente del papel que se atribuye al mecanismo del mercado, establezca las reglas adecuadas y vigile su cumplimiento, para que el mercado libre y competitivo pueda desempeñar su función de servir al bien común.

Este nuevo componente del sistema de la ESM debe encarnar también el ejercicio de algunos de los valores enumerados en el primer nivel. Su responsabilidad corresponderá a la función que se le asigna, que, como acabamos de ver, no es el mero ejercicio del poder. Y para cumplir responsablemente con esa función de garantizar que el mercado sirva a la colectividad, ha de respetar lo esencial del mecanismo del mercado, entre lo que conviene destacar  un aspecto técnico, nos referimos a una política monetaria, que ha de estar dirigida por un Banco central independiente del poder político.

Otra de las funciones básicas de este Estado es garantizar que los resultados del mercado lleguen a todos los ciudadanos, partiendo del supuesto de que lamentablemente en toda sociedad habrá grupos que involuntariamente no pueden participar del juego del mercado y, por eso, se necesita organizar un sistema de protección social que haga efectivo el valor de la solidaridad, pero sin que el Estado se exceda en sus atribuciones, como establece el principio de la subsidiariedad.

Para evitar confusiones, teniendo en cuenta lo degradado que está actualmente el término “mercado” en la opinión pública, nos parece importante advertir que, cuando hablamos de un mercado que facilite el ejercicio de valores básicos de la dignidad humana nos referimos al mercado de bienes y servicios porque hay otros mercados instrumentales, como son el mercado laboral y el financiero, que deben facilitar la función del mercado principal pero que por sus características no reunen las condiciones de un  mercado libre y competitivo. También en estos mercados juega un papel fundamental el Estado pero por tratarse propiamente de mercados al servicio de políticas concretas, corresponden al tercer nivel. Por eso, por lo que se refiere al sistema general de la ESM,  el papel que ha de jugar el Estado en estas materias se reduce a saber integrar adecuadamente las políticas correspondientes en el mecanismo del mercado principal. Los valores que incorpora el segundo nivel deben afectar también a las políticas prácticas del tercero pero, como nos tendríamos que alargar mucho para explicarlo, lo dejamos para otra ocasión.

Y para terminar, con una reflexión de actualidad,  pensamos que comprender bien el esquema desarrollado y, sobre todo, su fundamentación en los valores mencionados ayudaría a entender la razón última de las famosas “condiciones” que las autoridades comunitarias quieren imponer para conceder los “rescates” estratégicos con los que se piensa superar la crisis de la deuda soberana en la eurozona.

Eugenio M. Recio

Profesor honorario de ESADE

Colaborador del CEES


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