«Otra alarma sobre la desigualdad social en Alemania», article d’Eugenio Recio

20 d'abril de 2016

publicat per Redacció

Publiquem tot seguit un nou article del Doctor Eugenio Recio, professor honorari d’ESADE i col·laborador habitual del CEES:

 

OTRA ALARMA  SOBRE LA DESIGUALDAD SOCIAL EN ALEMANIA

 

Eugenio M. Recio

Profesor honorario de ESADE

Colaborador del CEES

 

En un número, publicado hace poco, del semanario alemán DER SPIEGEL (12 marzo 2016) se habla de las dos Alemanias, no por la división política de la República Federal (RFA, Alemania occidental democrática) y la República Democrática (RDA, Alemania oriental comunista), que dejó de existir en 1990, sino por la desigualdad económica de una clase con un elevado nivel de vida y otra clase con precariedad de existencia.

 

El problema de las desigualdades sociales tiene gran actualidad  pues en la campaña electoral que se está desarrollando  en EE.UU es éste uno de los temas predominantes y se puede comprobar que es un fenómeno que se ha generalizado, de un modo especial, después de la crisis del 2008 en todos los países industrializados y que afecta de un modo muy particular al nuestro, como expusimos en la publicación que se hizo en esta  web del CEES  en abril del 2014 con el título “La reforma fiscal y las desigualdades sociales”.

 

El semanario alemán recoge los resultados de varios estudios recientes, aunque el tema ha preocupado desde que terminó la segunda guerra mundial, como hemos expuesto en unos trabajos[1] referidos   primero a  la  RFA y después a la Alemania unificada.

 

Der Spiegel se remite al testimonio del Presidente del Instituto alemán de Investigación Económica (DIW), Marcel Fratzcher,  que afirma en un libro que en los últimos 25 años la Republica Federal de Alemania ha dejado de ser un Estado de bienestar y, lo que para nosotros puede ser más llamativo por otras colaboraciones publicadas en la web[2]: “la ECONOMÍA SOCIAL DE MERCADO (ESM) de Alemania ha dejado de existir” porque el país ha sido sustituido por uno “de los países con mayores desigualdades del mundo industrializado” en el que los que pertenecen  a la clase media son los “perdedores” y en vez de “bienestar para todos sólo consigue ahora bienestar para unos pocos”.

 

Nos ha sorprendido encontrar importantes diferencias entre las afirmaciones de los estudios en que se basan los articulistas de Der Spiegel y los Informes del Consejo Asesor del Gobierno alemán posteriores a los que nos facilitaron los datos para los trabajos mencionados en la nota 1. Por eso trataremos de matizar las ideas del artículo que comentamos con las más recientes aportaciones del Consejo Asesor para intentar valorar con  objetividad la situación económico-social de uno de los países líderes de la UE que orienta su política según el  modelo de la ESM, que ella mismo diseñó.

 

A pesar de las dudas que se pueden suscitar sobre si la mayor parte de las afirmaciones de este artículo reflejan la situación real de Alemania, nos ha parecido interesante darlas a conocer por las sugerencias que ofrecen para estudiar la situación de las desigualdades sociales en otros países y de un modo particular en el nuestro.

 

1.- Elementos descriptivos de la situación de la desigualdad existente en Alemania.

 

1.1  Evolución de los salarios e ingresos.

Según Der Spiegel, en los últimos 20 años (1996-2016)[3] los salarios de los bien situados han aumentado mientras que los del 40% del nivel inferior han disminuido. Al 10% de los más ricos pertenece cerca de los dos tercios del patrimonio nacional, mientras que la mitad más pobre de la población no posee nada o está endeudada. Y, lo que es peor, apenas en ningún otro país industrial tan pocos de los que tienen ingresos bajos consiguen subir a rentas más altas. Al que tiene se le da pero no al que nada tiene[4].

 

En el 2015 el Gobierno de la 2ª Gran  Coalición consiguió imponer un salario mínimo de 8,50 euros por hora, pero apenas se consiguió mejorar la situación. En el sector de salarios bajos ha habido, sin embargo, división de opiniones: para unos es un recurso del capitalismo para una explotación planeada de los trabajadores; para otros ha sido un camino para que pudieran entrar en el mercado de trabajo los parados[5] y poder después mejorar el sueldo, pero el problema está en que sólo unos pocos lo han podido conseguir.

 

Los expertos advierten, además, de que no sólo salarios e ingresos en los últimos años se han desarrollado de una forma  fuertemente desigual sino que también se han empeorado otros indicadores que, según  analistas de Morgan Stanley, son importantes para la convivencia social como el acceso a la educación y sanidad, la diferencia de salarios entre hombres y mujeres y el endeudamiento de los hogares privados. En un ranking sobre desigualdad, Alemania tiene el puesto 15 entre 20 países industriales, detrás de los países escandinavos, de Francia e incluso de Polonia.[6]

 

1.2 Ineficiente política distributiva

El Estado alemán transfiere más de 540.000 millones de lo recaudado con impuestos y otras cargas, que paga la mitad más rica de la sociedad, a los niveles inferiores como prestaciones sociales (Hartz IV)[7], ayudas para la vivienda, etc Pero una gran parte de estas ayudas se distribuye entre la clase media y lo que llega más abajo no alcanza a equilibrar la creciente diferencia de los ingresos salariales y del capital. Fratzscher habla de una “muy deficiente política distributiva” que difícilmente consigue que “la sociedad en su conjunto la utilice”[8]

 

Hace 25 años Ronald Reagan y Margaret Tatcher afirmaban que las ganancias de renta de los ricos antes o después favorecerían a las clases inferiores. Esto según Fratzscher no ha ocurrido en Alemania pues lo que en las dos últimas décadas sirvió para el aumento del bienestar de la población sólo benefició al tercio superior de la población. En los restantes niveles de renta surgió, por el contrario, una  “sociedad fragmentada” como afirma el sociólogo Heinz Bude.

 

1.3  Dificultades de acceso a la formación: no todos tienen las mismas oportunidades.

La economista Jefe de Morgan Stanley considera muy preocupante que las oportunidades de formación de los niños dependa mucho de la situación de los padres. El que ha nacido en una familia con bajos sueldos tiene una probabilidad de un 75% de seguir siendo también un trabajador de bajo sueldo. La Canciller Merkel ha querido evitarlo fomentando una política de formación que favorezca que todos los ciudadanos tengan las  mismas oportunidades, independientemente de que procedan  de una familia pobre o  rica. Pero esto no se ha conseguido porque, entre otras cosas, Alemania dedica menos recursos a la formación que muchos de sus países vecinos[9] y buena parte de esos recursos que se dedican a la formación no van a los más necesitados sino a los que pertenecen a las clases media y alta. Un estudio del Ministerio Federal de Educación (Bundesbildungsministerium) afirma que en los centros de formación se refleja el mundo de las dos clases que domina el Mercado de Trabajo: los jóvenes del nivel superior tienen casi tres veces más oportunidades que los de una familia de trabajadores de asistir a un Gymnasium en vez de a una Realschule aunque los estudiantes estén dotados de las mismas capacidades y tengan rendimientos parecidos. Mientras el 77% de los hijos de familias con estudios superiores acceden a estudios esto sólo ocurre en el 23% de las familias que no han tenido esa formación, según la última Encuesta social de Studentenwerk.

 

2.- Relación de las desigualdades sociales con el crecimiento económico

 

2.1 Reducción del consumo

La desigualdad entre ricos y pobres preocupa a los investigadores de la economía incluso sólo por motivos económicos. La teoría económica que propone que la desigualdad pertenece a la esencia de la economía de mercado en cuanto condiciona la disponibilidad para el rendimiento y, por tanto, para el crecimiento y la innovación exige matizaciones. El Jefe del Instituto para Macroeconomía e Investigación de la Coyuntura, Gustav Horn, advierte que la desigualdad puede ser problemática para la coyuntura y puede suponer un freno para su evolución. Si la renta se concentra en los niveles superiores y éstos dedican una parte importante a la inversión, la demanda de consumo puede experimentar una caída importante, dado el inevitable bajo nivel de consumo de los sectores de renta inferior. Por eso bastantes economistas afirman que la creciente desigualdad de ricos y pobres, en Alemania y en otros países industriales,  frena el crecimiento económico [10].

 

El FMI comprobó en un estudio en más de 100 países industriales y emergentes que “la desigualdad creciente lleva a un crecimiento inferior de la producción” y la OCDE calcula que por eso en la República Federal el bienestar se recorta en un 6% del PIB. Y en un análisis del Morgan Stanley del pasado otoño (2015) se avisa a los inversores que presten atención al problema de las desigualdades pues, si las diferencias entre los de arriba y los de abajo son muy grandes, esto puede “destruir la substancia social y económica de un país”.

 

2.2 Carencia de los necesarios  trabajadores cualificados

Los problemas del acceso a la formación de jóvenes  de los sectores de las rentas inferiores aparecen también en la evolución de los trabajadores cualificados. Marcus Braunert, que dirige un Centro de entrenamiento (Trainingcenter) en Berlin y Heidelberg, ha comprobado que el Energietechnikkonzern ABB, que cada año aporta unos 400 aprendices, cada vez encuentra más dificultades para disponer de buenos candidatos. Los resultados de los tests selectivos van empeorando de año en año y están apareciendo baches en la oferta de trabajadores cualificados normales. En febrero del 2016 la Agencia Federal del Trabajo (Bundesagentur für Arbeit) calculó que había en Alemania  614.000 ofertas de puestos de trabajo para personal cualificado sin demandantes, un 18,3% más que en el año anterior[11].

 

Lo sorprendente es que, al mismo tiempo, Thinktanks económicos hacen pronósticos alarmantes sobre la huída de población activa. El PrognosInstitut preve que para el año 2020 habrá en Alemania un vacío de 3,5 millones de población activa y el Boston Consulting Institut calcula una escasez de trabajadores entre 5,8 y 7,7 millones, lo que supone una caída del crecimiento económico de 1,3% en los últimos años y del 0,5% en el presente y para el 2030 el PIB se reduciría en 550.000 millones de euros. La Bundesagentur für Arbeit en un estudio del 2011 sobre la población activa cualificada advertía que si las Empresas no encontraban los trabajadores para la producción de  bienes y servicios recurrirían a estrategias de abandono del país con las consiguientes consecuencias negativas para la economía alemana.

 

2.3 Caídas de la productividad

El  Presidente del DIW Fratzscher  advirtió, además, que si en una sociedad baja el nivel de formación, bajará también su productividad. Esto lo ha vivido la República Federal entre 1990 y 2010 al perder en conjunto 160.000 millones de euros de manera que el rendimiento económico de la economía alemana hubiese podido ser una quinta parte más elevado si la diferencia entre pobres y ricos no se hubiera ampliado tanto. Y Fratzscher añade “las pérdidas continuarán en lo que la desigualdad se mantenga en el nivel actual”.

 

3.- ¿Qué hacer para superar estos problemas?[12]

 

3.1       Las recetas de la redistribución[13] según el principio de “quitárselo a los ricos     para darlo a los pobres” apenas servirán, dado que en Alemania actualmente los impuestos y recortes son tan altos como en pocos países industrializados. Subirlos supondría  desanimar a los empresarios más dinámicos y al personal cualificado que son en gran parte los responsables del éxito económico alemán.

 

3.2   Se podría, en cambio,  conseguir más justicia eliminando los privilegios con los que el Estado favorece a los poseedores de patrimonio: los beneficios de capital pagan menos impuestos que las rentas del trabajo y algunas herencias están exentas de pagar a Hacienda

 

3.3   Revisar aquellas instituciones estatales que contribuyen a que los que están arriba sigan ahí y que lo mismo ocurra a los que están abajo. En este sentido tienen gran importancia las posibilidades de formación, que no deben, por ejemplo, excluir a los inmigrantes en cuanto es un medio de integrarlos, o una administración laboral que no ofrezca a los  parados oportunidades de cualificarse.

 

3.4   Como muchas de estas medidas suponen gastos más o menos importantes lo verdaderamente eficaz sería un proyecto que atendiera al mismo tiempo el doble aspecto de practicar más justicia fomentando también  el desarrollo económico, es decir, poner verdaderamente en práctica los principios del modelo de la ECONOMÍA SOCIAL DE MERCADO[14], que diseñaron Erhard y Müller-Armack o lo que la moderna economía del comportamiento llama “crecimiento inclusivo” Para Fratzscher el que lucha contra la desigualdad no sólo debe querer más justicia y colaboración social sino que debe preocuparse también de que la economía agote su potencial de crecimiento para que sea más grande el pastel que se ha de repartir entre todos.

 

Y  el artículo de DER SPIEGEL concluye: si Alemania, por tanto, quiere asegurar su futuro no debe preocuparse sólo de la modernización de su exitosa industria exportadora sino que debe desarrollar  una estrategia que permita también participar en el desarrollo económico al tercio inferior de la sociedad para que pueda formarse y promocionarse con su propia responsabilidad pues como afirma Fratzscher “aumentar la igualdad de oportunidades beneficia no sólo a las personas  que pueden utilizar su capacidad sino que aprovecharán también a todos los demás ciudadanos, pues una más alta igualdad de oportunidades mejora la capacidad competitiva y garantiza  el funcionamiento de la sociedad y de la democracia”.

 

 

 

 

 



[1] E.Recio: “La crisis de la economía alemana” en INFORME ECONÓMICO DEL DEPARTAMENTO DE ECONOMÍA DE ESADE, mayo 2005 págs.32-47 y “La reciente evolución económica y social de Alemania” en la misma publicación enero 2014 págs. 51-67

[2] E.Recio “La desigualdad en la distribución de la renta  y la ESM” web del CEES julio 2013 y “La ESM y la justicia en la distribución del patrimonio” ibidem abril 2015

[3] En 1996 el Canciller Kohl se decidió a introducir reformas para mejorar la situación del empleo y se inició un deterioro del clima social, que no cambió el Gobierno socialdemócrata que llegó al poder en 1998 y se mantuvo hasta el 2005 en que fue sustituido por la Gran Coalición (CDU/CSU-SPD) a la que siguió en 2009 una Coalición de los cristianodemócratas con los liberales (CDU/CSU-FDP) y en el 2014 se repiitió la Gran Coalición que actualmente gobierna, continuando como Canciller la Sra. Merkel. Los acontecimientos económico-sociales de estas dos décadas están estudiados en los Informes referidos en la nota 1).

[4] Según el Consejo Asesor (Sachverständigenrat 2014-2015) párr.706 pág.380 al comienzo de la década 2010 el coeficiente Gini de la desigualdad de la renta alemana era 0,29, por debajo de la media de todos los países de la OCDE, gracias a su sistema redistributivo Esto, sin embargo, no excluye el que se haya dado un aumento de la desigualdad en comparación con la década de los 90 y es consecuencia de la mayor ocupación de los poco cualificados y de las mujeres, pero desde la reforma de la Agenda 2010 la desigualdad no ha aumentado (párr.9 pág.2).

[5] Es la reflexión que se hizo  el Consejo Asesor del Gobierno (Sachverständigenrat) al comentar la situación del Mercado de Trabajo en su Informe  2012-2013  págs. 319-341, como explicamos en la  pág. 66 de  nuestro trabajo sobre “La reciente evolución económica y social de Alemania”, citado en la nota 1

[6] En el Informe anual referido en la nota 4, después de advertir las dificultades    que tienen las estadísticas para las comparaciones internacionales,  se publica un gráfico (núm.88 pág.380) en el que se compara el Coeficiente Gini sobre las desigualdades en la distribución de la renta de 17 países de la OCDE después de impuestos y transferencias y a Alemania le corresponde el puesto 8, superando ligeramente en la desigualdad a los países escandinavos pero con un coeficiente inferior al de Irlanda, Francia, Italia, Portugal, España y RU entre los países comunitarios, correspondiendo el coeficiente más elevado a los  EE.UU

[7] La reforma laboral, que se promulgó en la Agenda 2010 y que se basa en  las 4 Leyes  designadas como Hartz I,II,III y IV, se explica en el segundo trabajo mencionado en la nota 1 págs. 51 y 52

[8] También disiente en este tema el Informe del Consejo Asesor de la nota 4, pues al comparar el Coeficiente de Gini de 17 países de la OCDE aparece una diferencia importante entre la desigualdad que tiene Alemania con respecto a los otros países antes de impuestos y transferencias (puesto 10) y por encima del valor medio del Coeficiente y el puesto 8, que le corresponde después de impuestos y transferencias, es decir con la política distributiva, como se registra en la nota referida

 

[9]En el último Informe del Consejo Asesor (JG 2015-2016) se reconoce que en una comparación internacional del año 2011 el porcentaje sobre el PIB de todo el gasto en educación en general  y en particular del gasto público, es inferior en Alemania al promedio de 21 países de la UE y de los países de la OCDE (gráfico 87 pág.261) pero se advierte que, teniendo en cuenta la evolución demográfica y la disminución del número de alumnos, no se debe aumentar ese gasto (párr.558, pág.260)

[10] En el último Informe del Consejo Asesor, al que nos hemos referido en la anterior nota, se menciona un estudio de la OCDE, publicado en mayo del 2015, en el que se analiza la relación entre las desigualdades de la renta y el crecimiento económico. Se afirma que en una amplia revisión de la litertura no se encuentra que esta relación quede clara. El Consejo, por su parte, ha hecho su propio estudio por la gran inseguridad reinante. Los resultados de un amplio análisis de 3 grupos de países,  para el período de 1960-1989, concluyen que esa relación depende de las características de cada  país y, por eso, no se puede generalizar como si se tratara de una clara relación causal  (Apartado 32 pág.238). Los expertos advierten, pues, que este tema exige una interpretación con mucha cautela, por lo que sería un error afirmar que en Alemania en el período 1990-2010 el crecimiento del PIB podría haber sido un 6% mayor si la desigualdad de renta se hubiera mantenido al nivel de 1985 (párr. 503 pág.237)

[11] Como se ha indicado en la nota 9, el último Informe del Consejo Asesor reconoce las dificultades que puede originar la desigualdad de rentas para el crecimiento económico por los problemas de la formación de la juventud. Por eso para evitar que grandes grupos de la población carezcan de perspectivas de mejora profesional, por no poder acceder al sistema de formación, recomienda que se favorezcan las inversiones en formación para que haya una mayor igualdad de oportunidades (parrs.500 pág.236 y 566 pág.259) Y en el Informe mencionado en la nota 5 se da mucha importancia al tema de la cualificación de la población activa  como medio de superar las desigualdades.

[12] Al tema de las desigualdades sociales en Alemania dedica particular atención El Informe del Consejo Asesor 2012-2013, referido en la nota 5 y tienen también referencias al tema los dos Informes posteriores 2014-2015 y 2015-2016., notas 4 y  9.

[13] Conviene advertir que el motivo por el que se rechaza el instrumento de la redistribución es por el elevado nivel que tiene el sistema impositivo en Alemania, que por lo demás, como indicamos en la nota 8 ha sido eficaz para mejorar la situación de Alemania en la comparación internacional sobre la desigualdad.  No implica, por lo tanto,  ninguna desvalorización del texto que publicamos en esta misma web con el título “La Reforma fiscal  y las desigualdades sociales”, abril 2014

[14] Esta conclusión pensamos que refuerza lo expuesto sobre “La desigualdad en la distribución de la renta y la ESM” publicado en esta web en julio del 2013 y, por tanto, la afirmación de Fratzscher referida al principio de que “la ESM de Alemania ha dejado de existir” se habría de interpretar, en caso de que se admitiera lo cual es bastante discutible como ha podido comprobarse en las notas adjuntas, en el sentido de que los Gobiernos correspondientes no han aplicado sus principios correctamente para evitar la permanencia de esa situación. De todas maneras en los trabajos mencionados en la nota 1, basados en los Informes técnicos del Consejo Asesor del Gobierno hay lógicamente mayor consistencia  que la que se podría exigir a un trabajo de divulgación, publicado en un semanario.

 


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